Emilie Bliguet: el cambio al metal justo más radical, en una nueva galería dedicada a la joyería responsable
El trabajo de una joyera es profundamente artesanal: son horas de diálogo entre materia y artista. Dice Emilie Bliguet que, en esos momentos de intimidad, las manos artesanas escuchan las historias que el metal cuenta acerca de su origen. Así fue como un día, hace ya más de diez años, decidió emprender la búsqueda de otras historias.
Recuerda que no era fácil por aquel entonces. Oro Verde era la única iniciativa de abastecimiento responsable de metal y los intentos que hizo no tuvieron resultado. Un tiempo después este proyecto dio lugar a la creación del sistema de certificación internacional Fairtrade y Fairmined para minería artesanal y de pequeña escala. Esto significó un gran paso adelante. En 2014 obtuvo la licencia Fairmined e integró el oro y la plata responsables en su joyería.
La suya no fue una transición gradual, sino un cambio más bien radical. Enseguida, el 80% de su producción pasó a estar elaborada con metal justo y trazable. En el caso del metal, recalca que es mucho más sencillo de lo que puede parecer. Al menos lo fue para ella. También incorporó los diamantes y las gemas de color, y, progresivamente, ha ido agotando el stock que le quedaba de un viaje que realizó hace años a la India. Ahora compra todas las piedras a una proveedora que proporciona gemas de diferentes proyectos de pequeña minera responsable que aplican el modelo mine-to-market para poder aportar trazabilidad y condiciones dignas desde el origen.
A mediados de 2024, abrió las puertas de la galería Emilie Bliguet Ethical Jewellery, situada en el barrio del Born, de tradición artesana, en el corazón de Barcelona. La galería es un espacio de ritmo lento donde recibe a cada visitante con la calidez y la intimidad con la que entiende el oficio. Exhibe una muestra de piezas únicas y de colección: orgánicas, fluidas y ricas en texturas, expresan su sensibilidad por traducir las emociones que provoca la naturaleza al lenguaje de las joyas. Y, cada vez más, se orienta a la creación de piezas personalizadas y a dar una segunda vida a joyas familiares, reutilizando materiales cargados de sentimiento para reinterpretarlos y honrar el pasado. La tienda acoge piezas de marcas compañeras como Adoro mi oro y Majoral y, en ocasiones, exposiciones y otros eventos dedicados a la joyería responsable.
La composición del espacio define un estudio de joyería de diseño contemporánea, en el que Emilie también rinde homenaje a viejos oficios que se están perdiendo y que quiere poner en valor, como la carpintería, el grabado, el vidrio… El mobiliario y los elementos interiores son objetos muy especiales que ha obtenido recorriendo incansablemente el Mercado de los Encantes, y que responden a esta voluntad de exaltar una cultura de oficio rica y de alta calidad propia del territorio.
En su camino hacia unas prácticas más responsables, en la actualidad se plantea dos retos. Por un lado, transitar hacia las finanzas éticas. Por el otro, aprender a explicar más y mejor qué la ha llevado a trabajar con materiales responsables y las historias con impacto positivo detrás de sus piezas, contribuyendo así a generar conciencia crítica también desde una comunicación activa, honesta y transformadora.


