La reducción del impacto ambiental que generan nuestros procesos productivos es un aspecto al que prestar atención cotidianamente. En el oficio joyero, empleamos una enorme variedad de materiales, herramientas, productos y técnicas, así como fuentes de energía y otros servicios. Como norma general, aplicaremos la regla de las tres erres (reducir, reutilizar, reciclar) en todos los ámbitos posibles, con el fin de evitar el consumo innecesario y fomentar la economía circular, y priorizaremos los proveedores de proximidad, con valores sociales y de sostenibilidad.
CONSUMO ENERGÉTICO Y SERVICIOS
Lo primero que hacemos al llegar al taller es encender la luz. ¿Qué tipo de energía tenemos contratada? Se pueden contratar servicios energéticos provenientes de fuentes renovables, y de pequeñas empresas o de nuestro entorno, que producen electricidad sin contribuir al calentamiento global.
Podemos extender el ejemplo al gas, si es que necesitamos contratarlo. También al agua, aunque, por lo general, tenemos pocas opciones de suministro. Lo que sí que procuraremos es ser eficientes y respetuosas con su uso. Haremos lo mismo con la iluminación, mediante instalaciones de bajo consumo, bombillas y fluorescentes led, enchufes inteligentes, etc., para optimizar y reducir nuestras necesidades energéticas. Al mismo tiempo, podemos valorar tener las fases de los térmicos bien definidas para prescindir de consumo latente de electricidad.
Además, debemos ser conscientes de la huella de carbono que provocamos con el mundo digital. Por ejemplo, dejar el ordenador encendido hasta el día siguiente, guardar archivos en la nube o hacer videollamadas provoca gases de efecto invernadero asociados al calentamiento global. ¿Sabías que los correos electrónicos que no respondemos (igual que las listas a las que nos suscribimos y no leemos) también contaminan? Las enormes infraestructuras necesarias para hacer funcionar las tecnologías de la información generan cerca del 4 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.